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26 d’octubre del 2011

Carlos Sales (El Bodegón de Carlos): “Al probar la olleta, todo el mundo recordará la cocina de sus madres”

Hoy hemos entrevistado a Carlos Sales, propietario de El Bodegón de Carlos, uno de los restaurantes participantes en la segunda edición de las Jornadas Gastronómicas Mengem a Vila-real.

-¿Por qué unas Jornadas Gastronómicas en Vila-real?
-C.S.: Vila-real, en general, creo que tiene un inconveniente y es que está mal ubicado. Con esto me refiero a que está entre la playa y la montaña, ni una cosa ni la otra. Por eso, creo que no tiene una gastronomía local bien definida. Es, como digo yo, para el visitante, una ciudad de un sólo día, y lo bueno es que por eso mismo, nunca cansa. Por eso yo creo que son buenas unas jornadas como estas, para que la gente venga, pruebe nuestra gastronomía y quede encantada.

-Aunque dice que no está bien definida, ¿cuáles cree que son las claves de la gastronomía local?
-C.S.: Pues, a parte de la olleta de la Plana, creo que Vila-real cuenta con otros platos típicos. Por ejemplo, la Xulla al horno. Es un plato muy sencillo de hacer. En fiestas, incluso, en vez de hacerse sólo en la calle, si se trajera hecha de casa, con cazuela de barro, patatas y un chorrito de vino, se notaría mucho el cambio. Luego, otros platos como el conejo “al gusto” que se llama, en el que unos le ponen níscalos, hierbabuena, caracoles… Otro de los productos es, por ejemplo, también, la coca de tomate.

-¿Cree que la gastronomía local, en general, está siendo fomentada?
C.S.: Sí que se fomenta, pero no se valora. Se valoran siempre más otras poblaciones. No nos fijamos en lo nuestro, siempre en lo de fuera.

-En cuanto a la olleta de la Plana, ¿la suele poner en su menú habitualmente?
C.S.: La verdad es que no. No es un plato que suelan pedir los clientes. Sin embargo, es muy adecuado para esta época en la que empieza el frío. A mí, personalmente, me recuerda a la comida de mi madre. Yo creo que todo el que pruebe la olla en las jornadas, se podrá acordar de cómo cocinaban sus madres. Es un plato que sugiere tradición.

-¿Cuál va a ser pues tu toque personal a la hora de cocinar la olleta?
C.S.: Pues me fijaré precisamente en eso, en cómo la cocinaba mi madre. En mi casa se hacía más con verduras, la olleta “de ayuno” que llaman, con apenas carne y echándole un puñado de arroz justo en la última cocción. Sin embargo, en nuestro menú la olla va a estar presente de dos formas: una, con el caldito de toda la vida, éste con verduras, y otra, en forma de croquetas, ésta vez sí, con carne. El único problema que le veo a la olla es que no habrá manera de acertar. Si a cada uno le recuerda a sus madres, siempre acabarán pensando, “mi madre lo hacía mejor”.

-¿Qué tipo de público espera que venga a su restaurante durante las Jornadas?
C.S.: Un público más tradicional, de a partir de 35 años, más o menos.

-¿Y cómo haría para llegar a un público más joven?
C.S.: Pues con alternativas. Con otros platos como entrantes. Por ejemplo, con coca de tomate, que es lo que más se le puede parecer a la pizza, uno de los platos favoritos de la juventud. Aún así, animo a toda la gente a que nunca diga que no a degustar un plato de olla. Que den oportunidad a que les pueda gustar y que por lo menos, la prueben.

-Por último, invite a la gente a venir a Vila-real y a comer en su restaurante.
C.S.: Lo único que puedo decirles es que Vila-real está aquí y que vengan, sobre todo, a visitar el paraje de la Virgen de Gracia. Es precioso, y muchas veces no se valora. Y en cuanto a nosotros, decirles que vengan, que este es el bar de Carlos, donde tendrán un trato directo, donde podrán sentirse como en casa.

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